Carta a Alec Reid en respuesta a su entrevista en El País del lunes 20 de Noviembre del 2006 (o 20-N)
Aún no se había acabado el mundo
Ni las páginas del diario
Cuando los dinosaurios comían cuerpos tristes
Y nos envolvía tanto el miedo
Que se te morían antes las entrañas
Aún alguno recuerda
Montjuic enorme como un gigante
Escupiendo cañonazos
Sobre Barcelona
…y cómo cambian las caras
y tan poco la vida…
Y así son los años de sangre
A base de bombazos en Madrid
Hasta que uno tuviera que salir
Volando sobre los edificios
Y así se formaron las palabras
Llenas de sangre
Desde el Santo Oficio
Hasta la Brigada Comunismo
Es que estas españas es asín
A golpe de tambor de hojalata
“falta una cultura del diálogo”
dice hoy Reid en El País
entonces recuerdo cómo
esta sangrante y deforme cara
quiso ser cabeza y no fue
más que pie
y como un niño rabioso
se dedico a pisar
piso a los suyos por una nacionalidad
y a los suyos por una religión
piso a todos los que se quisieron bañar
piso a todos los cuentos que no comprendía
piso a la mujer y la puso más abajo
si podía
hasta donde sólo pudiera estar
bocarriba
intentó pisar a todos
pero sólo pudo pisarse a sí misma
Y ahora llena de cicatrices
Te entrega, esta cara sin rostro,
Un susurro del bosque
De lo que hablan sus árboles
(los pintados y los que no)
con la lluvia de mañana
Te entrega su dolor
Porque ya no sabe qué hacer con él
Con esos ojitos moraos de tanto sufrir
Te regala su gran secreto, irlandés
Y es que españa no sabe hablar
Porque siempre le gritó a todo el mundo
Y a base de calumnias y zaplanerías
Han ido muriendo las verdades y conceptos
Y ya sólo quedan palabras vacías
Pero qué íbamos a hacer
Si nos pasamos 500 años
Borrándole el color al nahuált
¿cómo se puede retroceder el río de sangre?
¿Cómo se puede asumir tanto dolor?
Yo observo, que desde la duda
Sale el coraje
La fuerza abrumadora de la pregunta
Por ello, sacúdenos como un viejo sócrates
Sacude a España y la Historia
Para recoger las lágrimas de sus hijas
Sacude sus leyendas y preceptos morales
Hasta que encuentres el pasado susurro
Que no escucha nadie
Para desde lo más profundo
Llevarnos a la conversación
Más directa y sincera
Con nosotros mismos
Para desde el dolor y el amor
Poder construirnos
Sin necesidad de violencia
Ayúdanos a sentirnos
Y poder caminar, juntos,
una nueva era
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