Jartum camufla algunas de sus aeronaves con símbolos y emblemas de Naciones Unidas
F. PEREGIL - Madrid - 19/04/2007
Durante el día, en los tres aeropuertos de Darfur la policía ejerce un riguroso control. Algunos lugareños se arremangan y depositan en una mesa el puñal que llevan pegado al bíceps con una goma. Pero de noche los aeropuertos quedan cerrados. Entonces llegan a la provincia sudanesa las armas más mortíferas, las que están prohibidas desde hace dos años por una resolución de la ONU. Llegan en el interior de aviones que el Ejército sudanés usa para bombardear aldeas camuflados como si fueran de Naciones Unidas.
Y estas aeronaves operan en Darfur con el color blanco que usa la ONU para identificar sus vehículos, aviones y helicópteros. Ésas son algunas de las informaciones reveladas en el informe de cuatro expertos encargado por la ONU y hecho público ayer por el diario The New York Times. El texto señala que esas aeronaves actúan desde los tres aeropuertos de Darfur (El Fashir, El Geneina y Niala) y están siendo utilizados en la vigilancia aérea y los bombardeos de aldeas, además del transporte de carga.
Desde 2003, cuando tres grandes tribus de la provincia sudanesa se rebelaron contra la hegemonía del Gobierno, musulmán también pero de mayoría árabe, han muerto en Darfur (oeste del país) más de 200.000 personas y más de dos millones continúan desplazadas, viviendo de la caridad internacional en campos de refugiados.
Las milicias árabes de Darfur, conocidas como yanyauid, solían atacar las aldeas a lomos de sus camellos o en coches todoterreno y apoyadas por la aviación del Gobierno. Por eso, cada vez que en Darfur se oye el zumbido de un avión sudanés o se avista a lo lejos un helicóptero del Gobierno, la gente sale en estampida. A no ser que se acerquen con el color blanco de la ONU y sin insignias identificativas.
Desde enero a marzo, el grupo de expertos localizó tres helicópteros blancos pertenecientes al Ejército sudanés. Sólo uno de ellos cuenta con bandera sudanesa. Y los otros dos disponen de la identificación del Ejército pintada en la cola, en tal tamaño que sería imposible saber que se trata de helicópteros militares si se observan "desde una distancia moderada", según los expertos.
Intento deliberado
El grupo de cinco expertos consiguió fotografías de un avión Antonov estacionado en el aeropuerto de El Fashir "junto a lo que parecen ser decenas de bombas", según el informe. "El grupo [de expertos] cree que el uso de aviones blancos por el Gobierno de Sudán constituye un intento deliberado de ocultar la identidad de esos aviones", señala el documento. En el ala de una de las aeronaves del Ejército sudanés aparecen incluso las siglas UN (United Nations).
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó ayer su preocupación por las informaciones. "Si se confirman, estas acciones son una clara violación del derecho internacional y contraviene el estatus internacional de la ONU", declaró uno de sus portavoces. El hecho de que entre 2003 y 2004 muriesen en Darfur más de 200.000 personas en absoluta impunidad, sin presencia de periodistas ni trabajadores humanitarios, ha desatado campañas de concienciación en todo el mundo. Esta semana, la ONG Oxfam calificaba Darfur como "la mayor concentración de sufrimiento humano en el mundo".
El informe no sólo pone el dedo acusador sobre el Gobierno de Jartum, sino sobre los rebeldes que en 2003 se alzaron contra el Gobierno hartos de tanta pobreza y marginación. Esos grupos, según el informe, se encuentran ahora muy fragmentados. Y son responsables de tráfico de armas, de la violación de los controles fronterizos entre Sudán y Chad y de atentados contra los trabajadores humanitarios y el robo de sus vehículos.
"El crimen organizado y los actos de bandidaje se han convertido en una fuente de subsistencia para muchos grupos que operan en Darfur y en otros Estados vecinos", señala el citado documento.
El tira y afloja de Al Bashir
La ONU quiere intervenir en Darfur. Pretende enviar 17.000 cascos azules a la zona. Pero el Gobierno sudanés del presidente Omar al Bashir no está por la labor. Hasta el pasado lunes, el Gobierno sudanés sólo se mostraba dispuesto a ampliar el número de los 7.500 soldados emplazados en el lugar por la Unión Africana. En gran medida esta dotación está financiada con dinero de la Unión Europea. Pero hasta el momento, su labor se ha mostrado insuficiente.
Los soldados de los países africanos no están autorizados a disparar salvo en caso de legítima defensa, con lo cual se han ganado la enemistad de buena parte de las víctimas, que en ocasiones han visto cómo las milicias pro gubernamentales asesinaban a sus familiares delante de los soldados de la Unión Africana.
El lunes, Al Bashir, temiendo tal vez las sanciones con que Estados Unidos le viene amenazando desde hace años, decidió admitir la presencia de 3.000 cascos azules en Darfur.
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