Kibera es la parada de rigor de los dignatarios extranjeros comprometidos.
Ha llegado al público de todo el mundo como telón de fondo del éxito taquillero británico 'El jardinero fiel'.
Por Andrew Cawthorne (Traducido por Pilar de Juan), publicado en el Mail & Guardian Online, 12 de febrero 2007.
Cualquier periodista que desee una historia de pobreza africana la puede encontrar allí, en tan sólo media hora. Y ahora, una agencia de viajes como mínimo ofrece tours a esta barriada de Kibera, en Kenia, una de las mayores de África. ''La gente se está cansando de Maasai Mara y de la vida salvaje. Nadie nos ha dado otras ideas, así que se me ha ocurrido algo nuevo: 'tours de barriadas' '', comenta entusiasmado James Asudi, director general de Vitoria Safaris, con sede en Kenia. Sin embargo no todos en Kenia se muestran tan contentos con la riada de visitantes por un día que recorren los caminos cubiertos de basura, que respiran el olor a aguas residuales y que fotografían las chozas con tejado de hojalata en las que habitan 800.000 personas de entre las más pobres del país.De hecho, la reciente visita bienintencionada del secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon -siguiendo muy de cerca a otras celebridades extranjeras como el humorista estadounidense Chris Rock- provocó un editorial muy severo en el principal periódico de Kenia. ''¿Qué significa toda esta fascinación por Kibera entre gente que no sabe lo que es realmente la pobreza?'' preguntaba el Daily Nation. ''Más aún, ¿cómo se sienten los propios keniatas con este dudoso cumplido de 'guardianes del atraso, de la inmundicia, del sufrimiento y de la privación absoluta'?'' Respuesta: no muy bien, al menos según un estudio informal, aleatorio, realizado por este corresponsal en la propia Kibera. Mientras todos reconocen el beneficio potencial de tanta atención, más la presión que ejerce sobre el gobierno y otros para ayudar a los habitantes de los barrios bajos, la mayoría ha dicho que los beneficios tangibles hasta el momento han sido mínimos, a la vez que el factor vergüenza ha ido en aumento día a día. ''Nos ven como marionetas, quieren venir y sacar fotos, dar un pequeño paseo y después contarle a sus amigos que han estado en la peor barriada de África'', nos dice un empleado de un servicio lavacoches, David Kabala. ''Pero nada cambia para nosotros. Si viene alguien, que haga algo por nosotros. O si de verdad quieren saber cómo pensamos y sentimos, que vengan y pasen una noche, o que se den una vuelta cuando está diluviando y los caminos parecen ríos''. 'Tours compasivos'Hasta los grupos que trabajan todos los días en Kibera -y que dependen de fondos extranjeros- se están cansando. Salim Mohamed, director de la organización benéfica 'Carolina for Kibera', afirmó que la afluencia de visitas destacadas al corredor de tres kilómetros estaba creando expectativas entre los residentes que, si no se cumplían rápidamente, avivaban la frustración por las atroces condiciones de vida. Las visitas de los turistas, que alcanzaron su punto culminante durante el reciente Foro Social Mundial anticapitalista en Nairobi, estaban poniendo a prueba la hospitalidad local, añadió. ''Esta asunto se está desmadrando. Y si no se hace de algún modo que la comunidad aprecie, resulta insultante para ellos'', dijo Mohamed, que nació en Mathare, otra barriada importante de Nairobi. ''Creo que este concepto comenzó en Soweto [en Sudáfrica]. ...Kibera no necesita tours compasivos, necesita acción''. Haciéndose eco de una queja constante entre los africanos de los medios de comunicación occidentales, la administradora Christine Ochieng afirmó que la imagen de terrible sufrimiento de Kibera no era justa para su comunidad. ''Puedo entender que visitar la mayor barriada de África sea muy atractivo para la gente, pero aquí hay tantas historias sin contar'' dijo recitando de un tirón ideas que a ella y a algunos amigos les gustaría incluir en una revista local que quieren lanzar. En primer lugar está la clase media escondida de Kibera, gente que tiene dinero suficiente para mudarse pero prefieren quedarse porque no soportan la soledad relativa de vecinos más pijos. Después está la plétora de proyectos de auto-ayuda, de arte, danza, teatro y deportes que se están llevando a cabo en Kibera. ''Pero la gente sólo quiere hablar de pobreza, pobreza y más pobreza todo el tiempo'', añadió. Asudi, el director de Victoria Safaris, que pertenece a la tribu Luo, de la que son miembros la mayoría de los habitantes de Kibera, insiste en que el tour que él ofrece de Kibera y de otros barrios bajos de Nairobi y de Kisumu, en el oeste de Kenia, son beneficiosos para los del lugar. 'Lugar de moda'Estos tours despiertan la conciencia y, además, añade, él devuelve a sus turistas un porcentaje de lo que han pagado para que lo donen a alguna causa que hayan visto durante el recorrido, como un proyecto de salud o de un colegio. Su publicidad, sin embargo, ha enojado bastante. ''Después de almorzar procederemos a la barriada de Korokocho, donde se sorprenderán ante el número de niños que deambulan'', se lee en uno de los párrafos típicos. A los parlanchines de Nairobi no les hace gracia. ''Kibera es el lugar de moda de Kenia'', escribió con sarcasmo un columnista. ''¿Dónde si no se puede ver todo en una sola parada? Las víctimas de sida muriendo lentamente sobre una cama fría de cartón. La joven sin pecho ... . Cabras que se alimentan de plástico peleándose con niños pequeños... y, ah sí, los famosos 'aseos voladores' [''bolsas con heces humanas lanzadas lo más lejos posible'']. Es insuperable''. El portavoz del gobierno, Alfred Mutua, ha dirigido una campaña para promocionar el lado atractivo de Kenia y limpiar sus ciudades. Sacude la cabeza cuando se le pregunta por el fenómeno Kibera. ''Es muy triste que cuando vienen aquí dignatarios, el primer lugar al que se dirigen rápidamente es a Kibera. Los habitantes están cansados de gente que viene y habla de boquilla'', dijo a Reuters. ''Kibera es el sitio de moda con el que todo el mundo quiere relacionarse, están haciendo para su beneficio o no... Cuando la gente ve a otras personas que son pobres e indigentes se sienten bien consigo mismos, pues están por encima de eso''. Reuters
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